El color es un factor esencial en la comida, ya que puede condicionar la preferencia e incluso la percepción del sabor. En el caso de los postres, y más si son para niños, resultará importante que los colores sean brillantes y atractivos. Nuestra línea de colores Duché ofrece colores en polvo (línea 1 y 2) y colores en gel, ambas opciones permitirán ampliar la gama de creaciones y dar tonalidades intensas a las preparaciones sin modificar el sabor. A continuación, compartimos algunos datos que podrán dar guía en las próximas creaciones con motivo del Día del niño.
Antes de aplicar un color
Piensa el efecto que quieres generar en el comensal, el color tiene la posibilidad de estimular a la acción o la pasividad, por ello es que los expertos en psicología del color dicen el color es emoción, no sólo sensación.
Las relaciones entre sensación–emoción se dan a partir de las características que se identifican con lo cálido y lo frío. De tal modo que el rojo, amarillo, naranja, animan a la acción, se identifican con la pasión, la alegría, entusiasmo. Mientras que el azul da ideas de tranquilidad, frescura, afecto, o el verde, que se identifica con lo natural, la salud o el equilibrio emocional, pero también con los celos. El negro es considerado como símbolo para el poder, la autoridad o el lujo; mientras que el blanco refiere a lo puro, lo neutro o la seguridad. Por supuesto que esto también se ve influido por cuestiones culturales y sociales.
Según expertos recomiendan que siempre se añadan los colores poco a poco y debajo de la luz natural, de preferencia, además de dejar un pequeño intervalo de tiempo para dar cuenta de cómo va la pigmentación.
El mejor truco es tener colores primarios (rojo, azul y amarillo), así como negro y blanco para crear las tonalidades que se quieran y luego jugar con el círculo cromático para tener distintas combinaciones o relaciones, por ejemplo, con colores cercanos (análogas), usando contrastes o colores opuestos en el círculo (complementarias), manejar colores equidistantes (triada) o variaciones sobre el mismo color (monocromáticas).
Color e infancias
Según un artículo de la revista Pan Caliente (2018) refiere que dependiendo de las edades de los niños hay una predilección por ciertos colores en la repostería. Aquí algunas claves:
– Los bebés de hasta los 2 años, aunque son los padres quienes lo decidirán, generalmente buscan contrastes fuertes, como en los juguetes, así que los contrastes pueden ser con rojos, amarillos, naranjas o verde limón.
– Hasta los 7 años, la búsqueda será por colores no convencionales y que vayan más dirigidos a la decisión de los niños, por supuesto ligados a personajes y la referencia a esos colores.
– De los 8 hasta los 11 años, hay un desarrollo de las personalidades y el comienzo de la identificación con decoraciones y colores que les signifiquen ya sea poder y fuerza, o delicadeza y tonos más suaves.
– Entre 12 y 14 años ya hay una mayor conciencia sobre la salud y el cuidado en la alimentación por lo que también comienza la búsqueda por contrastes en texturas, colores degradados y aquello que remita a lo que miran en internet, por ejemplo, imágenes hechas por IA.
Aquí algunas ideas y tips de nuestra Chef Claudia Arredondo
Creatividad en colores para postres y alimentos
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Colores en polvo línea 2 (FDA)
Fuentes: Escuela de Arte de Vic (BCN); scoolinary.com; laroussecocina.mx; hazdeoros.com; hida.es