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Lidia García, ejemplo de amor al arte de la gelatina


La gelatina es mi economía y estoy enamorada de este arte

Lidia García Villarreal es una mujer emprendedora, esposa y madre que comparte en entrevista su amor por el arte de la gelatina. “Yo vendo gelatina de vasito desde hace 13 años, mi mamá también vendía”, y agrega que fue hasta la pandemia cuando comenzó a entrar a grupos de Facebook y ver videos, “ahí empecé a enamorarme de este arte”. Su negocio es un homenaje a su familia: Gelaroscas y yogutinas Teté.

La historia de Lidia con Duché comenzó antes de que ella lo supiera, ya que nos cuenta que su madre usaba grenetina 290 Bloom para sus gelatinas, “nunca imaginé que era Duché y es 100% mi favorita porque no hay como esta grenetina, Estoy enamorada de mi marca. Yo la uso para mis encapsulados y no quedan opacas, además de la consistencia. Además es la que más se comercializa en mi localidad”. 

El mensaje que envía para motivar a más personas a ser parte de este mundo es que: “no duden en hacer el arte a la gelatina; es una de las cosas más bellas, porque cada creación es para deleitar el paladar nuestro cliente; no regales tu trabajo y confía en que no es una simple gelatina es un proceso”. Además de que asegura que ha sido gracias a la gelatina que se ha podido apoyar en el sustento para su familia.

Lidia nos regaló videos de gelatina floral que puedes consultar aquí, y en la entrevista nos mencionó que para hacer las gelatinas debe de estar relajada, más si es artística; un tip que nos han dado nuestras entrevistadas y que hay que tomar en consideración.

Para Duché estar el contacto personal es muy importante y la comunicación con nuestros seguidores es lo que nos hace más fuertes, por ello es por lo que, al recibir el comentario de Lidia en una publicación en la que nos decía que quería contar su historia, no dudamos en buscarla. “Nunca pensé que me fueran a voltear a ver y tengo sentimientos encontrados, me siento tan emocionada como cuando me casé”, comentó al recibir la llamada.


Pero Lidia no sólo nos agradeció por escucharla y compartir su historia, también agradece a la vida estar en este camino. “Dios ya me tenía destinada a hacer esto que hago, yo estudié una carrera técnica que no ejercí porque me casé, pero hoy sé que fue porque la gelatina es la que nos está ayudando a salir adelante a mi esposo y a mí, siempre vamos de la mano”. Por lo que para ella el significado de la gelatina es, “mi economía, es lo que me está ayudando a generar dinero a mi hogar. Además del amor por el arte de la gelatina y poder trabajar en lo que a mí me gusta, en lo que ya vi que de ahí soy y ahí me voy a quedar”.

Uno de los grandes aprendizajes que nos deja la charla con esta mujer es su resiliencia, ya que ha sabido salir avante a pesar de experiencias no tan buenas con las gelatinas como sus primeros encapsulados de frutas que no gelaban porque se usaba kiwi o cuando una gelarosca de mosaico se desmoldó. “El mundo se me vino cuando se me desfondó, horrible quedó mi refri todo bañado. Se siente horrible”, pero al final le marcó a su clienta y se resolvió. “Poco a poco voy aprendiendo y en estos cuatro años que llevo, día tras día me he superado. A penas entregué una gelatina tipo canasta que me encantó”, nos dice emocionada. 

Lidia, gracias porque con tu historia nos das ejemplo de que en las gelatinas, como en la vida, se puede encontrar el lado dulce aun en los momentos más amargos. Deseamos que sigas creciendo en tu negocio, en tus redes y que cada día sea ocasión para seguir apasionándote.