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Rigoberto Gusmán, vocación y pasión por cambiar vidas

—La gelatina me cambió la vida y ahora yo puedo cambiar vidas también.

El chef Rigoberto Gusmán comenzó su carrera en 2007 impulsado por su mentora, la chef Nelly Lagunas, quien desde el primer momento vio en Rigoberto el potencial para convertirse en artista de la gelatina, instructor y comercializador de productos Duché. “Gracias a Duché, a Perry Gail y a la chef Nelly que cambiaron mi vida. Fue una bendición conocerla, hoy estoy aquí gracias a ella. No podría haber algo más grande. Ahora puedo ayudar a la gente a cambiar sus vidas. Soy muy afortunado”, comparte el chef Gusmán.

En sus clases enseña a hacer las gelatinas desde cero gracias a la aplicación de grenetina (Dorada y Especial chef), colores, esencias, ácido cítrico y bióxido de titanio. Las ventajas que destaca sobre los productos Duché son: “Me encanta la consistencia que tienen las bolsitas de gelatina, el sabor es mejor. La grenetina se disuelve fácilmente y el bloom es perfecto; se presta para desmoldado. Gracias a las esencias podemos tener una gelatina de varios colores, pero con un mismo sabor. Para las gelatinas artísticas el ácido cítrico y el bióxido de titanio son súper importantes, el primero resalta el sabor y las flores encapsuladas no podrían hacerse sin el bióxido”. 

Beneficios más allá del negocio

“Es impresionante lo que se puede hacer con una grenetina y lo que me tiene sorprendido no es tanto el haber aprendido a hacer las gelatinas, sino los beneficios que tiene. Por ejemplo, mucha gente la compra no sólo para hacer gelatina sino para personas que tienen problemas con sus rodillas; incluso ahora bromeamos con una clienta que se la manda a su mamá hasta Ecuador y llega diciendo que viene por la milagrosa”.

Pero no sólo son los beneficios en la salud de quienes consumen grenetina lo que ha mantenido a Rigoberto como un apasionado del arte de la gelatina, también ha sido la manera en la que ha logrado apoyar a más personas a cambiar sus vidas. “En cada clase sucede algo que sorprende”, comenta y comparte que en una ocasión llegaron a uno de sus cursos una mamá y una hija muy humildes, a la hora del lunch el chef se dio cuenta de que no llevaban comida y les ofreció un par de hamburguesas, al final del día la señora se acercó a dar las gracias y a decirle que ella y su hija habían preferido pagar la clase que llevar algo para comer ese día. “Son cosas que te llegan porque usaron su dinero para aprender. Le dije que en lo que pudiera yo les ayudaría. Pasó el tiempo y llegaron un día con un regalo a decirme: ‘no es costoso, pero es de corazón porque gracias a ti nos cambió la vida’. Eso es algo que se te queda, que por una clase puedes ayudar a alguien a transformar su vida. Apoyar a los demás es lo primordial. Estoy agradecido con Dios que me dio esta oportunidad”, y agrega, “me encanta ver a la gente contenta y feliz cuando su trabajo los saca adelante, son agradecidos también y eso es lo más importante de este negocio, no se trata de un clase, sino es el resultado lo que ayuda a todos.”  La generosidad de Rigoberto Gusmán es parte de su carácter, sin embargo, se reforzó al trabajar como asistente de la chef Nelly, quien siempre lo impulsó para lograr sus metas.

Mensaje

Simplemente puedo decir que querer es poder. Cuando chef Nelly me invito a trabajar con ella lo dudé porque desde muy joven me tiembla un poquito la mano y pensé que no iba a poder hacer las flores, así que pensé que igual lo iba a intentar. Lo que me dijo ella fue: ‘¿no sabes o no estás seguro de ti? Lo importante es estar seguro de lo que quieres hacer’. En aquel primer curso que tomé éramos 60 personas, mi primera flor fue la más feas de todas y pensé: ‘creo que no nací para esto’. Pero la chef insistió: ‘tienes algo que veo en ti; si te lo propones puedes hacer lo que tú quieras’; me dejó con la boca abierta y entonces me cambió la vida. Mi última flor estuvo entre las mejores de todos. Hasta yo me sorprendí. Al final se acercó la chef a decirme: ‘no es lo que sepas lo que vas a lograr, lo que vas a lograr es lo que tú quieras lograr’. Por eso digo que querer es poder; tal vez a unos les cueste más y a otros menos trabajo, pero podemos siempre y cuando se quiera hacer”.

Gracias, chef Rigoberto por su pasión, generosidad y dedicación, deseamos que sigan sus éxitos y, como dijo usted, que cuando sea muy mayor sus alumnas vayan a su casa a buscarlo para que pueda continuar compartiendo sus saberes.