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La historia de una artista innovadora en repostería

—Las gelatinas han cambiado mi vida.

A Mimi Guzmán nunca la ha detenido nada, desde muy pequeña aprendió a trabajar, le gustaban el arte y la costura, pero las gelatinas se atravesaron en su camino y la hicieron cambiar de giro. “Al mismo tiempo que iba a la prepa descubrí las gelatinas”, aprendió a hacer gelatinas artísticas y “en cuanto aprendí las empecé a vender, hubo un momento en el que tenía 13 lugares en los que repartía gelatinas y hacía entre 300 y 800 flores”. Como hacía tantas buscó en dónde comprar más barata la materia prima, así conoció a Perry y a Nelly Gail. Comenzó entonces la historia de esta mujer emprendedora, que a los 19 años ya era empresaria y a quien Nelly invitó a Nueva York para ser su asistente, esta decisión cambiaría su vida para siempre.

Cuando preguntamos sobre las ventajas de nuestros productos compartió: “No es por nada, pero no uso otros sabores en esencias que no sean Duché. He trabajado otras marcas, pero saben mucho a alcohol y artificial. No he encontrado otros que den ese sabor natural. Uso esencias porque generalmente hago florales, mi favorito es el de frambuesa. Igual la grenetina Especial es muy buena la transparencia para flores, la de la bolsa dorada la uso más para leche, sabores y mosaico porque tiene la firmeza necesaria para dar consistencia. También uso ácido cítrico, ese lo pongo a las de agua porque le da un realce al sabor”.

Para Mimi, “las gelatinas han cambiado mi vida, nunca me imaginé que iba a acabar siendo repostera; gracias a las gelatinas descubrí mi amor por la repostería. Sabía que iba a terminar haciendo arte, pero no arte culinario”.

Mimi quiere inspirar con este mensaje: “Yo les diría que no tengan miedo. Siento que encontré mi pasión porque yo nunca tuve miedo a las responsabilidades, ni a emprender ni a arriesgarme. No tengan miedo de hacer lo que les gusta porque siempre va a haber oportunidades”.


El comienzo 

Mimi no se imaginaba que su pasión por el arte y su gusto por la repostería la llevarían por el camino que ahora ha tomado su carrera. “Me gusta el arte y desde niña me gustaba pensar. Cuando tenía 12 años mi mamá me enseñó a bordar y bordábamos servilletas”. A los 16 su madre le regaló una máquina de coser y cuando fue el momento decidió estudiar diseño de modas. 

“Aprendí a trabajar desde pequeña”, comenta y cuenta que cuando estaba en preparatoria conoció las gelatinas. “En cuanto aprendí las empecé a vender y hacía entre 300 y 800 flores”. Así que buscó la manera de conseguir materia prima a mejor precio, conoció entonces a los Gail, además de que desde México le dieron la información sobre los cursos de la Chef Nelly.

Una decisión que cambió su vida 

Mimi se inscribió a los cursos de la Chef y dice que desde que conoció a los Gail los quiso. “Tomé clases de gelatina, gomitas y bombones. Y ya tenía práctica, pero yo había aprendido con cuchillos y cucharitas, pero cuando me dijo que había técnica con aguja fue lo que más me gustó; aprendí rápido. Los Gail me apoyaron aconsejándome que fuera su distribuidora, que buscara un lugar y lo rentara. Así que a los 19 encontré el local, lo renté y empecé a vender el producto y duré 11 años con ese lugar. A la gente se le hacía raro que alguien tan joven tuviera un negocio. Al mismo tiempo que hacía las gelatinas estaba en la carrera y era muy pesado. Así que a un semestre de terminar pensé que si ya estaba la industria de la comida, la moda ya no me interesaba; en lugar de ver telas me iba a ver moldes. En ese tiempo la Chef Nelly me invitó a ser su asistente y a ir a Nueva York, yo nunca me había subido a un avión y me emocioné y me fui con ella. Yo tenía clases, pero las dejé porque quería tomar esa oportunidad. Estar con La Chef Nelly fue una experiencia muy bonita y no me arrepiento de haber tomado este camino. Al regresar a Los Ángeles empecé la carrera de repostería Allá encontré una carrera de repostería profesional, y en 2014 me gradué.”

La decisión de dejar la carrera de diseño de modas y seguir su intuición hizo que Mimi se desarrollara más y más en el negocio y el arte de la repostería;  lo aprendido por su mentora daba frutos y comenzaba la historia de Mimi como maestra. Trabajo también en un restaurante prestigioso de Nueva York haciendo postres, lugar en donde conoció a su esposo. Lo éxitos continúan y continuarán porque Mimi tiene muchos planes para su vida profesional, además de innovaciones en recetas que este año se develaran y Duché será un ingrediente importante en ello.

Planes a futuro

Desde que estaba en la carrera una de las cosas que más le llamaron la atención además de las gelatinas fueron los chocolates, por lo que para Mimi uno de sus sueños es tener una chocolatería y hacer postres en los que pueda combinar la gelatina, que es otra de sus pasiones. Aunado a esto Mimi quiere lanzar su canal de YouTube para enseñar a más personas el arte de la gelatina y la repostería, ya que dice que “la gelatina es una tradición que no debemos dejar que se pierda”.


Los 3 tips de la Chef Mimi Guzmán

1. Mantener tapada. Una gelatina tiene que quedar cubierta. No la dejes en el refri destapada porque se seca. Además, al taparla se evita que la gelatina absorba el sabor del refri. 

2. Arreglos fáciles. Si se rompió o está manchada, usa una cuchara caliente y esta será tu borrador. También le dará brillo y quitará las marcas del molde u otras imperfecciones. 

3. No usar sabores o esencias en caliente. Deja enfriar la grenetina antes de poner el sabor, si lo pones caliente se evapora. 

Emprendedora, empresaria, innovadora y maestra que ha logrado superar a sus guías sin miedo a hacer y a arriesgarse por lo que sabe que es su camino. Así es Mimi. Y en Duché nos llena de orgullo saber que hemos estado ahí para acompañarla en cada uno de sus éxitos. 

¡Felicitaciones, Chef, que sigas creciendo hasta donde te lo propongas!

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