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Lula Hernández, un ejemplo de empoderamiento femenino




—No es solo una gelatina, es un mundo en el que me siento realizada.

Lula Hernández encontró en las gelatinas algo mucho más profundo que una manera de hacer un negocio que le permite un ingreso familiar, Lula se encontró a ella misma, recuperó su autoestima, aprendió a ser paciente, a darse cuenta de lo fuerte que es. En sus palabras, la gelatina significa: “Empoderamiento. Como mujer me siento muy capaz y sé que voy a lograr más creaciones, porque me gusta, porque me apasiona. Me hace feliz. Si alguien te escucha que haces gelatinas yo pienso que no es solo una gelatina, es un mundo en el que me siento realizada y quiero decirle a todas la personas que quieran iniciar que lo hagan, porque vale la pena”. By Lula es el nombre de su marca, con cuenta en Facebook e Instagram.

En 2019 tomó un curso de gelatinas que daban en su alcaldía (Gustavo A. Madero, GAM) como parte del tratamiento para la ansiedad. “Tenía un cuadro de ansiedad y estaba como perdida. Una doctora me dijo que me tenía que ocupar, ¿pero en qué? En FB vi un curso de gelatina y dije: bueno. La verdad no tenía ni idea de qué se trataba. Jamás había hecho una gelatina. Así que en enero del 2020 me metí al curso y fui bien emocionada con mi hija. Sí me ayudó bastante, descubrí algo de mí que sí me gustaba”, relata. Llegó la pandemia, pero eso no la detuvo para seguir con su interés por aprender más, aunque le cancelaron las clases presenciales, ella encontró la manera de tomar tutoriales en línea, ver videos de YouTube o encontrar opciones en la televisión. “Ya tenía la espinita y que empiezo a preparar”, cuenta Lula quien le pidió a Dios una señal para saber cuál era su rumbo a seguir, “y fue el de las gelatinas. Yo por eso digo que yo soy gelatinera”.

En un principio no conocía los productos Duché porque “no sabía que había varias marcas, probé con varias grenetinas, pero me daba el olor a res feo. Hasta que me dijo una señora en las materias primas y escuché de la grenetina Duché. Probando me gustó porque de volada se hidrata muy bonito”, comenta la entrevistada y agrega que otras ventajas de la Grenetina Duché 290 bloom son: “que no tiene olor y en cuestión de precio siento que tienen costos accesibles y mi ganancia rinde mucho”. También trabaja con esencias, “me piden mucho la de grosella, limón, fresa; de leche el coco, chocolate. Son de las que más. Son mis favoritas. La ventaja es el sabor”. En cuanto a los colores en gel, comenta que “se diluye muy bien, porque hay marcas que batallo mucho para disolver y en estos es más rápido y tiene colores firmes, me duran más”. Una de las hijas de Lula está estudiando gastronomía y ella usa los colorantes para repostería, sobre todo en las cremas pasteleras y, a través de la voz de su mamá comenta que “le gustan los colores por la consistencia que le da a la crema y porque le funcionan muy bien”.

Para nuestra entrevistada, hacer gelatinas está a la altura de la repostería y, como buena comerciante, encuentra la manera de darle ese plus a sus ventas al hablarle a sus clientes de las ventajas del consumo de grenetina como una fuente de aporte de colágeno. “No es un postre que sea azúcar, es colágeno, es bueno para las defensas. Estoy vendiendo lo que contiene grenetina”, explica.



Lula es un ejemplo de fortaleza y de pasión para sus hijas, seguro lo es también para sus nietos y esperamos que lo sea para ti que lees esta historia. Este es el mensaje que te envía: “aprende a hacer una gelatina y vas a cambiar tu panorama de una situación difícil, yo te digo que te atrevas y lo hagas porque vas a descubrir algo que no sabías que tienes, que es saber hacer un postre. Para mí ha sido una terapia ocupacional, me ha levantado la autoestima, las ganas de salir adelante, de involucrar a mis hijas. Te invito a que descubras en la elaboración una gelatina todo lo que lleva detrás, que cada ingrediente que ocupamos es magia, es amor por lo que uno hace”.

Lula estaba en secundaria, por 1994, cuando tomó el taller de cocina y ahí “se sembró la semillita”, como dice ella, y hoy en día también existe en sus hijas porque a la mayor le gusta decorarlas, su otra hija es la que estudia gastronomía y la pequeña también se empieza a interesar. Incluso sus nietos le piden gelatinas a su abuela y para Lula esto es señal de que las está haciendo bien porque dice “los niños dicen la verdad, son los mejores jueces”.

En cuanto a la historia en las ventas, Lula comparte que desde pequeña ella vendía lo que pudiera. “Yo vendía ropa y decía mi mamá: ‘tú qué no vendes’. Con mis hijas siempre vemos qué crear, qué vender, qué organizar; una de mis hijas estuvo vendiendo cosméticos. Yo siempre les digo que tengan sus estudios, pero a pesar de que estudiar es importante, que se sepan ganar la vida con un negocio, que sean sus dueñas, que les motive. Que aprendan a desenvolverse y hablarle al cliente, aunque te digan que no, lo importante es que no te quedes estancada. Yo así he ido picando piedra, no ha sido fácil. Aquí en la delegación yo ofrezco buen producto con buen sabor, voy lenta, pero segura. Dicen que así es el negocio, el chiste es seguir y motivar a la gente. Lo básico es meterle amor a lo que hace uno. Cuando me meto a hacer una gelatina, cada una la hago con gusto, con pasión, con esa adrenalina de la primera gelatina de que quede bien y se impresione mi cliente. Esa ha sido mi prioridad, que se lleven buen sabor de boca y a la vista se vea que está hecha con cariño, todo se refleja en el trabajo final”.

Le preguntamos qué había aprendido a partir de la gelatina y nos compartió: “Conocí qué es la paciencia, yo era muy desesperada. Me desestresa, me relaja, me gusta, me motiva a estar pensando en cómo hacer figuras, porque tiene la facilidad de que uno puede trabajar con la gelatina y sacar tu creatividad que por ahí anda escondida. Muchas veces piensas que no se puede, es cuestión de que una se lo proponga. Ahora me siento con la capacidad de lograr un buen trabajo en gelatina”.

Lula sueña con gelatinas y con todo convertirlo a gelatina por eso es que su creatividad está muy desarrollada, además de que se dio cuenta de que es “un postre que se merece todo el respeto por el grado que tiene de técnica a nivel de un pastel”.

Gracias, Lula por inspirarnos a encontrar nuestro camino y por hacer más dulce la vida de quienes prueban tus gelatinas, muchas felicidades y en Duché seguiremos acompañándote para que continúes con tus éxitos.