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Inspiración Duché: Entrevista a Claudia Arredondo

El ingrediente más importante que le pongo a mis gelatinas es el amor.

Claudia Arredondo es quien heredó la misión de capacitar a aquellas personas que buscan posibilidades con la grenetina y en la aplicación de la Línea de Productos Duché. Muchas de ellas, como la misma Claudia, no se imaginaron lo que el mundo de la gelatina les tenía preparado.

Hace 17 años llegó como promotora y hoy es la cara de nuestra marca ante las redes, con distribuidores y en Expos cuando se trata de capacitación; es la voz que da consejos para quienes empiezan y quieren seguir aprendiendo; y su principal ingrediente es el amor con el que hace su trabajo, además de la dedicación y el compromiso de mejora continua. ¡Nuestro agradecimiento, Claudia, por ser nuestra vocera!

Aún cuando tiene mucha experiencia a ella le gusta que la llamen Claudia, así nada más, porque dice que así siente que no se pone por encima de nadie, y porque de esa manera se genera la confianza de que la gente pregunte sus dudas y aprenda, además de que ella aprende también mucho al enseñar. “Si hay algo que me encanta es la enseñanza, me encanta el trato con la gente”. Y es que esa vocación se tiene. En el caso de nuestra experta en el manejo de grenetina y productos Duché, siempre quiso ser maestra de jardín de niños y la vida la trajo a esta aventura de enseñar desde a niños hasta adultos mayores.

“Ayudar a otros a que tengan oportunidad de generar un ingreso. Esa oportunidad que hace muchos años a mí me hubiera gustado tener porque mi vida y la de mis hijos hubiera sido diferente; pero hoy le tengo la oportunidad de compartir lo que sé para que otras personas aprendan y cambien su realidad. Gracias a la gente que nos sigue y nos escribe. Gracias a Duché y a Dios que nos da vida para transmitir este conocimiento”, comparte emocionada y lanza un mensaje para las mujeres: “Que pierdan el miedo y que sí se puede, porque a veces solo necesitamos un empujoncito. Antes era limitado y caro el aprendizaje, hoy en día abrimos redes o buscamos videos y está muy a la mano. Que se den tiempo y oportunidad; que busquen lugares en los que te digan la receta. Los tips son importantes. Yo aprendí por la práctica. Tuve la fortuna de aprender con quien tuvo la paciencia por enseñarme. Pero, sobre todo, que lo hagan con mucho amor y eso les va a dar buenos resultados”.

En 2005, Claudia Arredondo entró a trabajar a Duché en el área de cobranza y como promotora para el área de ventas. Para poder realizar mejor su trabajo y responder a las necesidades de los clientes que buscaban saber más sobre las técnicas de gelatina floral, Claudia fue capacitada por nuestro entonces profesor y querido amigo, Sergio Fernández (q.e.p.d). Por las noches, habiendo acostado a sus hijos, Claudia hacía sus prácticas con la compañía de la música y un buen café. “A mí me encantan las rosas y pensaba que el día que me salieran, me saldría todo lo demás. Así que practiqué mucho. Un día el gerente de ventas me dijo que me iba a dar cursos y pensé ‘cómo los voy a dar yo si a penas y sé’…” Gracias al impulso de quienes pudieron ver en ella lo que ella no podía ver en sí misma fue que comenzó a dar clases; la práctica le dio la posibilidad de especializarse y de los 35 minutos que tardaba en hacer una flor fue disminuyendo sus tiempos y afinando su técnica. 

Las primeras clases se dieron en un pequeño lugar en Texcoco, con cinco personas y, como sigue siendo hasta ahora, el curso se regalaba en la compra del Kit de producto. Poco a poco se difundió la actividad y comenzaron a abrirse más espacios y a llegar más personas interesadas. “Así fue como empecé a transmitir. Hacíamos 6 niveles con dos flores cada una. En el Centro de Capacitación se daban 3 flores en el nivel I y 5 en el nivel II. Llegó un momento en el que en las tiendas teníamos gente esperando para darles la clase. Había veces que se daban dos niveles al mismo tiempo. Me apoyaban Hilda González y Karina Castilla. Lo más importante es que siempre teníamos claro que todo lo que hacíamos era para la promoción de los productos”. 

Antes su enfoque era solo la promoción de productos y ahora está en buscar recetas y darles su toque, aunque el objetivo continúa siendo el mismo: que más personas vean en la Línea de Productos Duché una opción de emprendimiento sobre un negocio rentable. Yo dije “si hubiera aprendido a hacer gelatinas cuando recién me divorcié, mi vida hoy sería otra; sin embargo, este trabajo me ha dado el gusto de poder tocar vidas, de estar con personas que me dan bendiciones. Cuando me doy cuenta son 17 años de estar aquí dando cursos, entrevistas y transmitiendo lo aprendido, por eso es que doy gracias a cada momento. Si no me hubieran enviado a esas clases no estaría haciendo lo que hago”, comparte Claudia. 

“Yo aprendo de quienes enseño. No sabemos todo. Cometemos errores y así aprendemos. Hemos de darnos la oportunidad de aprender de todos. Es algo que tengo y que se lo agradezco a quienes me han enseñado. Siempre procuro darles algo nuevo, que no se queden con la misma información y que los nutra y los ayude, siempre se ha dado la oportunidad”.

En tantos años de experiencia ha habido muchos encuentros gratificantes y otros confrontantes, pero Claudia siempre ha encontrado la manera de ayudar a las personas que se acercan a ella por un consejo. Y es que para ella: “El ingrediente más importante que le pongo a mis gelatinas es el amor. A veces una no está de ánimo para hacer las cosas, pero con que le demos una bonita vista y un buen sabor alimentamos el cariño con la familia, con amigos; en el negocio. El amor se refleja en el sabor. Le doy el amor al alimento”, expresa nuestra experta emocionada y agrega que: “La gelatina es celosa, si estás apresurado se te diluye la capa. Si le das tiempo, espacio y cariño vas a lograr un buen resultado”.

Las aplicaciones con grenetina que más disfruta hacer son las gomitas, además de “florales, inyectadas y en donde puedes hacerlas con jugos. Que puedas aumentar el valor de la grenetina con las frutas me agrada mucho. Siempre me interesa darle algo más a la gente”.

Ese amor y dedicación es lo que ha hecho que Claudia haya tocado la vida de tantas y tantas personas, desde pequeños niños que tomaron sus clases, hasta aquellas acompañantes que acabaron tomando el curso “por casualidad” y encontraron en el mundo de la gelatina una razón de vivir. 

¡Sigue adelanta Claudia y gracias por tu labor!