Nuestro
estilo de vida a veces puede ser nuestro peor enemigo cuando queremos tener
bienestar. ¿Cómo vives?
El
aporte de alimentos e hidratación que te acompañen durante tu rutina pueden
ayudarte a tener más energía y a vivir mejor.
Uno de los factores que más contribuye a que
nuestro organismo pierda su “juventud” está vinculado directamente con nuestro
estilo de vida; estudios científicos destacan que “50% de los signos de envejecimiento
que presentamos son resultado de nuestro estilo de vida, el otro 50% es
genético”[1].
Por lo anterior es importante detenernos a
analizar ¿cómo vivimos?, ¿qué esperamos como resultado de vivir así?, ¿vale la
pena?
El proceso de envejecimiento se debe a una
serie de factores que atacan a nuestro organismo y que, conocido como estrés
oxidativo, provocan que poco a poco se vayan perdiendo ciertas enzimas y
proteínas. Tal es el caso de los telómeros en el ADN y del colágeno como
proteína.
El envejecimiento, visto como una falta de
producción de proteínas y enzimas nos puede llevar a comprender que entre más
“envejecido” está nuestro cuerpo es probable que perdamos ciertas habilidades,
por ejemplo, la capacidad de concentrarnos o tener energía.
En realidad la falta de energía o de
concentración no tiene que ver tanto con los años que tenemos sino con el
desgaste celular que le hemos dado a nuestro cuerpo. Te explico:
Cuando se somete al
organismo a períodos de estrés las células sufren importantes consecuencias
como el envejecimiento y muerte celular prematura: “El estrés crónico tanto
psicológico como celular reduce drásticamente el tamaño de los extremos de los
cromosomas (telómeros), lo que da como resultado que las células envejezcan y mueran”[2]. Por eso
es que el estrés puede dejar marcas en
el ADN.
No se trata de que te sientas culpable del
ritmo de vida que llevas o que lo quieras justificar. Como te decía hace unos
párrafos, lo importante es saber qué puedes hacer para vivir mejor.
Una de las recomendaciones que dan los
expertos es que te regales momentos de esparcimiento, momentos en los que
puedas estar en soledad y relajarte; además de un tiempo en el que pueda
ejercitar tu cuerpo.
La alimentación también es una pieza clave por
lo que te recomendamos que en tu día a día te hidrates, no se tarta de tomar
dos litros de agua al levantarte, sino de tener la costumbre de tomar agua
(80%) cada cierto tiempo para evitar que te dé sed. Además de integrar
alimentos a tu dieta que puedan apoyarte en la reducción del estrés, por
consecuencia de tus telómeros y colágeno.
Una opción es que del 20% que sugieren los
expertos para la hidratación a través de otros líquidos puedas tomar bebidas
con contenido proteico y además energético.
¿Sabías que existe un polvo preparado para
hacer bebidas refrescantes a base de colágeno hidrolizado, ginseng y que tiene
un delicioso sabor a durazno? ¡Prúebalo!
[1] Dr.
Peralta, Investigador Clínico por la Escuela Superior de Medicina
[2] Estudios realizados por miembros del Stowers Institute of Medical REsearch.